Con ustedes, mesié Tiersen

Por Monse Quezada

Aunque fui una de las millones de minas que alucinaron con la película Amélie y sus efectos especiales de imaginación infantil, lo que me dejó más babosa y rayando la papa hasta el día de hoy es, por lejos, su música.

Ya les conté lo muy determinante que eso es para mí y por eso, desde que escuché la banda sonora de este filme, el compositor se transformó en objeto de mi admiración. Iba a decir “obsesión” pero la gracia de Yann Tiersen – quien también musicalizó la inolvidable Good Bye Lenin - es que él no calza con el estereotipo de superestrella a la que admiras y tienes su póster en la pared y quieres ir a ver al concierto y estar lo más cerca de él posible a ver si exuda talento y así te puede tocar un poco. No. Yann Tiersen es alguien cuya música basta y sobra para sentirte el ser más privilegiado y agradecido de haber podido escucharlo alguna vez.

Una partitura de Yann Tiersen es cómo escribiría tu corazón si es que pudiera hacerlo, es entender que un océano y una cultura distinta no son suficientes para separar a un ser humano de otro y que todo lo malo y bueno que le ocurre a otra persona, te ocurre a ti también. ¿Crees que es mucho?, te invito a ponerte audífonos, subir el volumen y ver este lindísimo corto de Aidan Gibbons. Verás que nada de lo que digo es suficiente.

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