Por Pupa Kramcsak
No podía dormir, bajar el volumen de la TV, ni mucho menos pestañar. Todo esto gracias a la garra de Massú demostrada el pasado domingo en la medialuna de Rancagua. ¿Qué más intenso y desgarrador que los gritos y el empuje de nuestro tenista?, imagínense que jugó más de cinco horas el punto decisivo ante Stefan Koubek, batiendo el récord del partido de singles más largo de la historia de Chile en Copa Davis. Lo más paradójico es que nadie daba ni un centavo por nuestro equipo sin Feña, y resultaron ser los ganadores en el repechaje de la Copa Davis ante Austria.

Este miércoles fue el sorteo en Ginebra para conocer el país rival con el que nos tocará jugar en primera ronda del grupo mundial; finalmente, en marzo del 2010 nos veremos las caras frente a Israel en suelo nacional, la mejor opción según el capitán Hildemeister.

Por ahora, sólo nos queda esperar que Fernando González se haya contagiado después de ver la motivación y la potencia de estos jugadores para así poder solucionar de una vez los problemas con el presidente de la Federación de Tenis de Chile (FTCH), José Hinzpeter.

No sé si a ustedes les ocurre lo mismo, pero cada vez que Chile juega una Copa Davis, se me erizan los pelos y mis pies toman ese tic nervioso tan molesto para otros. Me encanta ver la complicidad y la fuerza que se da el equipo, el dramatismo y la lealtad realmente me emociona. Y cada vez que ganan, a la mañana siguiente el café sabe más rico y el pan más crujiente.

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