Tiempo después sus habitantes, que vivían de la agricultura, encontraron grandes minas de oro. Tan generosa fue su suerte que los pobladores decidieron crear un banco propio en 1889. Para sorpresa de muchos, el Banco de Rere alcanzó a obtener billetes y monedas, los que hoy en día puedes observar en la Casa de Turismo del pueblo.

Por si fuera poco, Rere posee una Palma traída por los jesuitas y su iglesia tiene dos grandes campanas de oro. En su pasado estos objetos cautivaban por su sonido armonioso, y fue por eso que la Iglesia Católica decidió enviarlas hacia la Catedral de Concepción mediante nueve yuntas de bueyes, pero les fue imposible cargar el peso del oro. Curiosamente, o más bien milagrosamente, con sólo una yunta pudieron devolverla a su lugar de origen, dispuesta allí hasta el día de hoy y resistiendo cualquier imprevisto natural.

Si te interesa conocer más sobre su historia y sus costumbres, puedes conversar con Don Luis Bermedo, pueblerino que se ha encargado de recopilar todos sus tesoros dentro de la Casa de Turismo.

Aunque no existen muchos restaurantes, lo puedes visitar los 24 de junio para San Juan. Durante ese día, los rerinos celebran la fiesta del estofado en grandes cacerolas. Un rico panorama para este invierno.